miércoles, 28 de enero de 2015

"Nada"

Fue premeditado ambos acordamos besarnos esa tarde, como si fuera un contrato, acordamos como sería: yo pondría las manos en su cintura y ella pondría las tuyas en mi cuello el acto debería consumarse en mi casa a escondidas del mundo, eso me asusto ¿a escondidas porque? si los besos son para darlos en publico para matar la moral, para hacer morir de envidia a los desolados, para dar bilis a las suegras amargas, el privilegio de los besos a escondidas son solo para los amantes y ella y yo no lo eramos... y lo mas importante: "solo nos daremos un beso y nada de andar enamorándose"

Y allí estábamos, yo muriéndome de los nervios y ella muriéndose de la risa, realmente eso de los besos premeditados es mas difícil de lo que sé piensa, los amigos de la infancia nos enseñan que los besos jamas se piden, simplemente se dan o en el mejor de los casos se roban, pero no se planean ni se discuten, pero allí estábamos los dos rompiendo las reglas de lo aprendido. Me acerque un par de beses y vacilo, reía, jugaba a la presa, se escondía, eso de jugar al cazador no estaba en el contrato pero ante tal nerviosismo entendí que era bueno improvisar para reducir tensiones, y cuando acorde me convertí en la presa en la mas fáciles de las presas, en un segundo ella estaba sobre mi, absolutamente sobre mí, en mi cabeza, en mi respirar, en mi mente, en mis labios. Sus manos no estaban en mi cuello ni las mías en su cintura. ¿Que sentiste? fue su primer pregunta, "nada" fue mi mentirosa respuesta, ¿y tu? le pregunte, "nada" fue su sincera respuesta, ¿nos damos uno mas? me pregunto, "bueno" le conteste mintiendo por segunda vez, yo no quería uno mas yo quería miles mas.

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