lunes, 18 de abril de 2011

Eufemismos


Dejémonos de eufemismos.
A veces no es hacer el amor, porque no es amar, amar le queda grande, abarca más, amar confunde, enreda, amar hay que saber decirlo, hay que saber sentirlo.
A veces no es cochar, cochar suena vulgar y torpe, cochar se escucha demasiado genital, directo al grano.
Ni fornicar, se oye ajeno, extranjero, postizo, forzado.
No es coger, coger es reggaetón y olvido.
Tampoco acostarse, no siempre reina la horizontalidad en la trama,
mucho menos dormir, generalmente nadie duerme en una historia así.
A veces es simplemente eso: sexar. yo sexo, tú sexas, él sexa, nosotros sexamos, vosotros sexais, ellos sexan.

No bailo

No bailo, nunca bailé, salvo escondido en mi cuarto. No bailo aunque baile con mis sobrinos, sobre la cama. No bailo, nunca bailé, piso pies, desenfoco el ritmo, desvarío, voy para otro lado, soy un tronco. No bailo, aunque me guste la salsa –bailar es bailar salsa-. No bailo, aunque me guste tanto ver a los otros bailando y bailar anónimo sobre la mesa de algún bar de la ciudad. No bailo y no me sacan a bailar porque no bailo. No bailo aunque sin la menor duda me gustaría bailar contigo.